Inquietud en Torlengua por la degradación de su iglesia

Tras los últimos temporales, la Torre de la Iglesia de Santiago ha empeorado su degradación. La conocida en la comarca como 'La Novia de las Vicarías', la torre de la iglesia de Santiago en Torlengua ha sufrido un acusado deterioro en su estructura ornamental. Con los últimos temporales de contraste de temperaturas, las cornisas que rodean los cinco cuerpos el campanario del templo, de piedra arenisca de la zona, se están deteriorando cada vez de forma más acusada cayendo sobre la vía pública restos de la construcción y las cubiertas que rodean al edificio.

Así las cosas, el miércoles, tras la llamada de emergencia por parte del Ayuntamiento, el alcalde de la localidad, Matías Ágreda se reunía con el párroco titular de la iglesia, en un encuentro en el que asistían también el arquitecto encargado por la Junta Parroquial de la actuación en el templo y el Jefe de Servicio de Cultura de la Junta de Castilla y León, Carlos de la Casa. Durante la visita pudieron comprobar las deficiencias en las pilastras que rodean la torre, así como el deterioro en la cubierta, original en sí por su forma.

En la reunión se acordó acudir al convenio que mantienen el Obispado y la Diputación para este tipo de intervenciones ante lo que en el Consistorio ven como una urgente actuación en la torre, "dada la importancia de la obra imposible de acometer por los medios propios de la parroquia" según han señalado este lunes fuentes municipales.

De igual modo, han reseñado que en la misma visita se dio cuenta del buen estado del templo en el resto de estancias, a excepción de la antigua Casa de las Ánimas, anexa a la torre, y que va de la mano en la rehabilitación. También fue visitada a la ermita del Pilar, que sufre de problemas de asentamiento por las bodegas que la rodean.

La torre en cuestión data del siglo XVIII, y en las últimas intervenciones de mantenimiento, la junta parroquial ha actuado dentro del templo en la pintura y rehabilitación así como la limpieza de altares. Además, las hacenderas tradicionales del lugar vaciaron las suciedades por excrementos de aves existentes sobre las bóvedas del edificio para eliminar el sobrepeso que las mismas sostenían.