Solo puede quedar uno en Soria, que sí existe

No es momento de hablar de despoblación, ni del supuesto olvido generalizado -político, social y económico- que padece Soria en el mapa de España. Llegó la hora de hablar de la Copa del Rey que organiza una ciudad, encaminada hacia ‘Soria, ciudad del deporte’, situada en “Castilla-La Mancha” por algunos de los locutores que narran por ‘streaming’ los partidos de la Superliga de Voleibol. Un alegato soriano, “la tierra del voleibol”, en palabras de Ángel Hernández, concejal de Deportes en el Ayuntamiento capitalino, que refuerza un claro Soria existe. Un despliegue copero potente para demostrarlo. Tres días (23,24 y 25 de febrero) de Copa en los aledaños del Pabellón Los Pajaritos, un escenario preparado a conciencia, en los que el Río Duero, que no es favorito, entiende el alcance de las semifinales en casa como un éxito. El Urbia Voley Palma defiende el título en Soria.

Lucha de gigantes. Los seis mejores equipos (FC Barcelona, Unicaja Almería, Río Duero, Ushuaïa Ibiza, Urbia Voley Palma y CV Teruel) del voleibol español juegan al solo puede quedar uno en el Pabellón Los Pajaritos. Mañana, a partir de las 17:30 horas, con el FC Barcelona-Unicaja Almería en los cuartos de final, empieza la fiesta estructurada por el Río Duero, que ahora, plenamente enchufado, piensa exclusivamente en la Copa, de vuelta Soria. Desde 1994, más de dos décadas, no aparecía ésta, el trofeo y la ceremonia, por la capital. Los celestes le darán la bienvenida a la Copa este viernes (20:00 horas) en el segundo partido, a vida o muerte, de la jornada de los cuartos de final. Solo existe, sí, como Soria, ese partido. El Río Duero no mira más allá. Primer trago de los celestes en “lo más bonito de la temporada, más que el play-off de liga”, se alegraba Manuel Sevillano, entrenador-jugador de los celestes. “Donde se juntan los seis mejores”, insistía el técnico sobre una auténtica “fiesta”, “lo mejor del voleibol”. El técnico de Rioseco otorga el papel de favorito al “CV Teruel”, por el refuerzo invernal del “opuesto de la selección española”, Andrés Villena. “Con esta incorporación, Teruel está un pelín por delante de los demás”.

Aunque el concejal de Deportes en el Consistorio soriano, “el domingo, a las 18:00 horas de la tarde, tenemos la gran final. El Río Duero va a estar ahí”, disparaba fuegos artificiales y Alfredo Cabrerizo, presidente de la entidad deportiva y celeste, dejaba caer un baño en la fuente del Espolón si el conjunto soriano alza el título en casa, Sevillano es más prudente. “El primer objetivo, el primerísimo, y nos olvidamos de semifinales y finales, es pasar contra el Ushuaïa Ibiza”, destacaba el timonel del barco celeste. Guiados por el espíritu machadiano, ya que ayer, 22 de febrero, se conmemoraba el 79 aniversario de la muerte del célebre poeta, el Río Duero practicará el “se hace camino al andar”. Euforia contenida. Por orden; paso a paso. “Toda nuestra mentalidad, en el viernes De ahí no vamos a pasar”, puntualizaba.

No escasean las arengas desde la parte institucional, desde el Ayuntamiento de Soria. “Si llegamos a la final del domingo, seguro que la vamos a ganar”, aseveraba Hernández. De hecho, bajo el nombre de Ciudad del Medio Ambiente Soria, Numancia Caja Duero y CV Grupo Duero, en las temporadas 2007-08, 2000-01 y 1993-94, respectivamente, Soria ya sabe lo que es levantar tres Copas del Rey.

El tercer pulso, el definitivo

El Río Duero y el Ushuaïa Ibiza vuelven a retarse en un pulso, el tercero de la temporada. El definitivo. Su compromiso mutuo en los cuartos de final de la Copa del Rey es el tercero, y el definitivo, entre ambos conjuntos, quienes han cumplido el cupo esta temporada. En el curso 2017-18, sorianos e ibicencos se reparten los resultados, los triunfos y las derrotas a partes iguales. Si el Ushuaïa Ibiza venció (1-3) a domicilio al Río Duero durante la quinta jornada, los celestes derrotaron (1-3) en las Islas Baleares a los locales durante la segunda fase de la Superliga. Andan parejos los dos. Ambos, en la actualidad, alargan ese pulso por entrar en los play-off finales. “Ibiza es un equipo igual a nosotros”, explicaba Sevillano sobre esa igualdad real. Sus pupilos llegan “bien de cabeza” y “se sienten grandes”. “Llevamos dos meses perfectos”, exclamaba.

El guión a seguir es el de hace tres semanas, cuando “les ganamos jugando muy bien, con intensidad y actitud. Es lo que hay que repetir”, deseaba el de Rioseco, quien quiere “volver a jugar a eso”. Sevillano espera una contienda de cuartos contra Ibiza “más o menos igual” que las disputadas en la competición doméstica, ya que son compromisos “igualados”, que “se deciden por pequeñas cosas”. En parte, también, diferente: “Entra la gestión de los nervios”, diferenciaba el míster soriano.

En esta Copa del Rey, ¿arriesgar?, ¿conservar? “Si entras en una semifinal contra uno de los favoritos, a lo mejor sí hay que arriesgar”, señalaba Sevillano sobre el primer concepto. Pero en el primer partido, ante el Ushuaïa Ibiza, “hay que jugar a los que somos, de tú a tú”. Al respecto de ser conservadores, un “no” clarísimo de Sevillano.

El estómago hace “cosas raras”

“Nos hemos distraído porque había algo con lo que distraerse”, señalaba el míster de Rioseco. Su Río Duero no podía pensar, hasta ahora, en la Copa debido a que se encontraba, y se encuentra, en plena batalla por entrar en la cuarta posición de la Superliga, la que premia con la disputa de los play-off por el título a final de temporada. “Desde hace cuatro días, ya está el nerviosismo dentro y el estómago hace cosas raras. Está todo el mundo con ansia…”, desvelaba el referente de los celestes, que conminaba a “convertir todo esto en ilusión” porque “esta Copa, tal y cómo la hemos organizado, es para disfrutarla”.

Sevillano restará “presión” a los suyos: “Hay equipos que están obligados a ganarla (la Copa) porque no ganar un título en una temporada es un fracaso para ellos. No es nuestro caso”. El Río Duero aboga por un sentimiento. “Todo lo que tenemos que hacer es ilusión”, como si los celestes la generasen en una máquina. Sobre la afición y el apoyo de la grada, “un empujón más. Nos tiene que ayudar”, pronunciaba el entrenador-jugador de los celestes.