De gobiernos y desgobiernos

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que el Duero casualmente le ha tocado en lotería a la población soriana, sin saber exactamente si nos lo merecemos, no obstante el actual alcalde de la capital quiera re-unir Duero con Ciudad en relación a las obras ya largas de Mariano Granados, Paseo del Espolón y vía abajo, río, y aprovechando que en Ucrania se manifiestan los pobladores por querer formar parte de Europa ?lo cual parece una cosa muy linda-, tratando de resquebrajar el putinesco poder del nuevo zar de la represión de los derechos humanos y de la desigualdad: ¡Mira que "tocar" el rock and roll, rojos?!, nos podemos interrogar sobre el coste político que puede suponer la franquicia concedida con anterioridad por el Consejo Sectorial en el tema de las "Obras" al actual equipo socialista y con vistas a siguientes elecciones?

La verdad es que todo el mundo está deseando echar a este Suleimán rojo, todo el mundo de la derecha soriana, no solo por las Obras sino porque les caía mal desde el principio ya que la vida política no existía en Soria y nadie se daba cuenta y ahora lo han descubierto, que para qué sirven las ideas en política. Claro, si no hay ideas no hay política, eso es la política, y ahora ocurre que don Carlos está deslizándose por la cuerda floja del riesgo de la izquierda centrada, sin ser radical, y eso le molesta a muchas personas de las que miran como Polifemo y están, año a año, mes a mes, día a día, esperando un nuevo amanecer en el cual en el horizonte ancho de Soria se lea: "Viva el PP! ¡Viva Marimar!...

El alcalde tiene que contar con los apoyos recibidos y no solo de los votos. Y tiene que contar con cuántos cadáveres se le quedan en el camino de lo que quieren sea un destierro. Tendrá que contar con los apoyos que pueda recibir en el futuro. Alianzas políticas, pactos y sobre todo, una limpia gestión que no recuerda en nada al de las cuentas del PP.

Porque todavía hay voto joven en Soria, y el voto joven es el decantador de la política municipal, sabiendo que los Concejos es lo más próximo al vecino, no lo que está en la pirámide del Sistema Político en Madrid. Y Valladolid, en estas circunstancias, puede ser una gran ayuda, dado que la población vallisoletana también está cansada de la derecha y del centro derecha social-popular. Hay que aprovechar pues este momento, para que en año y medio, cambie de color Castilla y León, un cambio pacífico pero hondo, para que el Himno a la Alegría vuelva a sonar en esta Comunidad y dejemos devorarnos los unos a los otros, sencilla y llanamente. No les hablamos aquí de cifras, porque por cualquier lado que se miren son obvias y cantan solas (fíjense la emigración, vebigratia) y si Óscar López fracasó, todavía quedan militantes con bemoles para levantar estas tierras. Vaticinios del ensueño, de la siesta, pero que a lo peor para los populares se hacen realidad. No se puede copar tanto el poder, eso ya es dictatorial.